Sobrepesca y medusas / Overfishing: more jellyfish’ing?
(in English below)
En verano,
una de las noticias que se suelen comentar es la proliferación repentina o blooms de medusas. Estos acontecimientos
causan problemas sanitarios y turísticos (por las molestias que ocasionan a los
bañistas), matan peces del sector de la acuicultura, dañan redes de pesca y
reducen la captura neta de especies comerciales, así como también su abundancia
debido a competencia y depredación, y pueden llegar hasta a colapsar los
sistemas de refrigeración de centrales nucleares y ser vectores de
ictioparásitos (Richardson et al., 2009).
Según
la prensa popular, los blooms están
relacionados con la pérdida de grandes depredadores marinos por la sobrepesca y
éstos aparentemente se dan más a menudo. Lo cierto es que los datos recogidos
hasta el momento son insuficientes, ya que las poblaciones de plancton
gelatinoso tienden a fluctuar a lo largo del tiempo de manera natural (Mills,
2001; Purcell et al., 2007; Boero et al. 2008; Brotz et al., 2012); aún así
Brotz (2012) ha sugerido recientemente que la tendencia global es positiva y
que esto no parece ser solo debido a especies invasoras.
La
sobrepesca afecta directamente en el incremento de los blooms de medusas porque muchas especies comerciales depredan sobre
ellas y sus pólipos de manera que ayudan a controlar sus poblaciones (Mills,
2001; Purcell & Arai, 2001).
Concretamente, 124 especies de peces y 34 otras especies de animales se
alimentan de medusas aunque sea de manera ocasional. De estas especies al menos
11 se sustentan específicamente de medusas y algunas están amenazadas, como la
tortuga laúd Dermochelys
coriacea (Richardson et al., 2009). Además, si la sobrepesca se
produce sobre especies zooplanctívoras, queda más alimento disponible para las
medusas (Purcell & Arai, 2001; Purcell et al., 2007).
El
incremento de blooms afecta a su vez
a las poblaciones de ictiofauna. El plancton gelatinoso compite por alimento
con los juveniles de muchos peces (Gili, 2005; Richardson et al., 2009; Dong & Keesing, 2010; Lyam et al., 2011)
y si el stock de especies filtradoras
no es sano las puede hacer desaparecer. Un ejemplo es el sistema de Benguela
(frente a las costas de Namibia), donde la explotación intensiva de la sardina
ha llevado a tener un sistema dominado por medusas Chrysaora (Richardson et al., 2009). Otro caso es en Japón, donde
la sobrepesca de la sardina ha dado paso a un mar dominado por las gigantes Nemopilema nomurai, ya que las
poblaciones de anchoas no eran bastante estables como para ocupar el nicho
vacío (Lyam, 2011). Se ha sugerido que las cadenas tróficas actuales pueden
verse modificadas de manera que las medusas se establezcan como top predators, lo que llevaría a volver
a un sistema poco energético y similar al de la época Cambriana (Purcell &
Arai, 2011; Gili, 2005; Richardson et al. 2009). Cuanto más plancton gelatinoso
haya, más competirá con la ictiofauna hasta que se ahonde en una espiral
negativa conocida como el jellyfish
joyride (Richardson et al. 2009). Pero no todo son aspectos negativos ante
la presencia de medusas y es que se ha visto en algunos casos que con el
incremento de estas especies han aumentado poblaciones que las usan como
refugio (Purcell & Arai, 2001; Lyam, 2011). Peprilus alepidotus, la palometa mono, utiliza varias especies
de medusa para protegerse de sus depredadores, y a medida que va creciendo les
quita las presas y puede también llegar a consumirle fragmentos (Purcell &
Arai, 2001). Además las medusas son explotadas comercialmente de cara a la
alimentación y a los productos sanitarios (Purcell et al. 2007; Richardson et
al. 2009).
Está
visto que la sobrepesca lleva a proliferaciones de medusas, pero ni mucho menos
es la única causa. Hay numerosos agentes que individual o colectivamente
inciden en los blooms (Purcell, 2007;
Purcell et al., 2007; Richardson et al. 2009; Lyam, 2011; Brotz, 2012). La
eutrofización es un problema en las costas: un exceso del aporte de nutrientes
aumenta la biomasa de plancton y permite la alimentación de más pólipos y
medusas (Mills, 2001; Dong & Keesing, 2010). Los nutrientes que son echados
al mar son ricos en P y N y pobres en Si, de modo que incrementan el
fitoplancton del tipo de los flagelados, reemplazan las diatomeas y se
disminuyen así los productores primarios y secundarios; por lo tanto se produce
un cambio en la red trófica que favorece las medusas sobre otras especies (Richardson
et al., 2009). La construcción de estructuras en el mar, por otro lado,
proporciona más sustratos sólidos para el establecimiento de los pólipos (Dong
& Keesing, 2010). En cuanto al calentamiento global, las temperaturas
elevadas benefician el crecimiento y las tasas de reproducción de medusas y
pólipos y favorecen la estratificación de la columna de agua y la estructura
trófica dominada por flagelados (Richardson et al., 2009). Se ha estudiado que,
p. ej., las proliferaciones de Aurelia
aurita no sólo se dan por la explotación pesquera sino también a causa de
un proceso de eutrofización (Arai, 2001; Mills, 2001; Dong & Keesing, 2010;
Brotz, 2012); los blooms de Cyanea en China son causados por
eutrofización, sobrepesca e incremento de la temperatura del mar (Dong &
Keesing, 2010); la expansión de Cotylorhiza
tuberculata y Rhizostoma pulmo en el Mar Menor es debida a la combinación de problemas de
eutrofización, disminución de la salinidad y alteración del medio costero (Purcell
et al., 2007).
Como se ve, el problema es muy
complejo y la información disponible es parcheada y limitada. Es necesario
investigar en los ciclos de vida y la ecología de muchas especies de medusas
problemáticas, especialmente la fase sésil, que puede ser la que permita hacer
un control sobre las poblaciones. También hay que hacer estudios de la
viabilidad de las poblaciones de plancton gelatinoso a lo largo del tiempo, a
unas escalas que permitan tener en cuenta sus fluctuaciones naturales de abundancia.
Esto personalmente me parece utópico ya que, las medusas no generan mucha
atracción entre los investigadores (y la población en general) y menos entre
los inversores, y esto se acentúa en el contexto de crisis en el que nos
encontramos. En España, p. ej., se ha cortado de repente la inversión para este
tipo de estudios, sin apenas dejar acabar los proyectos empezados (Gili,
comunicación personal). La solución a este problema ha de ir enfocado en el
estudio y seguimiento de las poblaciones de medusas, la prevención, atenuación
y reparo de los agentes causantes y en buscar una salida comercial a aquellas
especies más abundantes, como proponen Purcell et al. (2007), Richardson et al. (2009) y Dong &
Keesing (2010).
In summertime, typical commented news is about the
sudden proliferation of jellyfish (blooms of jellyfish). These blooms cause
sanitary and touristic problems (because of the nuisance to bathers), kill
aquaculture fishes, damage fishing nets and reduce the number of commercial
species fished because compete or depredate on them; they can collapse nuclear
power station refrigeration systems and can also be ictoparasite’s vectors.
According to
popular press, blooms are related with the loss of big depredators due to
overfishing and are becoming more frequent. Data recorded until now is poor
because gelatinous plankton populations tend to naturally oscillate over the
time; however, Brotz (2012) has recently suggested that the global tendency is
positive and that is not because of an invasive species problem.
Overfishing influence on increasing jellyfish blooms
because a lot of commercial species depredate on them and their polyps so these
fishes help to control jellyfish populations. Concretely, 124 species of fish
and 34 other species feed on jellyfishes and some of them are endangered, like
the leatherback turtle Dermochelys coriácea.
Furthermore, if overfishing incised on zooplanktivor species it left more food
available for jellyfishes.
Overfishing leads to a jellyfish proliferation but
it is not the single reason of blooms. There are numerous agents that
individually or collective affect in bloom emergence. Eutrophication is a
problem in coasts: an excessive input of nutrients increases plankton biomass
and allows polyps and jellyfish to grow more. Nutrients are rich in P and N and
poor in Si, so that drives to an increasing of phytoplankton like
dinoflagellates, replacement of diatoms and diminishing in primary and
secondary producers; so a food web change is produced and it favors jellyfish
over other species. Solid structures’ construction in sea also influences
jellyfish populations because it provides more suitable substrates where polyps
can attach to. Regarding to global warming, high temperatures benefit growth
and reproduction of jellyfishes and polyps and bring on stratification of the
water column and a food web dominated for flagellates. It is well studied that,
for instance, Aurelia aurita proliferations take place not only for
fisheries exploitation but also for an eutrophication process; Cyanea
Chinese blooms are caused for eutrophication, overfishing and an increasing of
sea temperature; Cotylorhiza tuberculata and
Rhizostoma pulmo expansion in
Mar Menor waters is due to a combination of eutrophication, salinity diminution
and line coast alteration.
As seen, the jellyfish problem is
complex and information is limited. It is necessary to investigate on life
cycles and ecology of many problematic jellyfish species, especially in polyp’s
phase, which maybe allows control on jellyfish populations. Studies about
gelatinous plankton’s population viability over the time are also needed, in a
scale that permits to take into account their natural abundance fluctuations.
This seems a utopia because jellyfishes are not interesting for investigators
(and general population) but less for investors and this situation is
aggravated in the crisis context we are living.
In Spain, for instance, government has sudden cut investment for this
kind of research and including started projects. The solution to the jellyfish
problems has to be focused on research and monitoring of jellyfish populations,
prevention, attenuation and reduction of the causing agents and to find a
commercial purpose for the more abundant species.
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